llega Don’t bring me down, que es algo así como el malo grandote de la última pantalla de un videojuego. Sin perder un ápice del sonido desarrollado en el resto del disco, sin que necesiten agarrar otros instrumentos ni tirar de trucos raros, el grupo al completo se convierte en una piña que ataca con firmeza al unísono, rodando hacia ti sin prisa ni pausa, como aquella gran bola que casi aplasta a Indiana Jones. Increíble temazo, difícil de ubicar además, ya que tiene armonía bluesera y base cabezona pero a la vez mantiene (ya digo) el sonido edulcorado del resto del disco, sin que falten los consabidos coros hermafroditas de los mendas.
Bienvenidos a este nuevo Radio-Blog en fase de prueba dónde podreis encontrar desde articulos sobre grupos independientes hasta diferentes secciones que iré posteando a lo largo de los días.
Encontrareis también entrevistas a grupos locales, solistas y enlaces a festivales locales que vayan surgiendo.
llega Don’t bring me down, que es algo así como el malo grandote de la última pantalla de un videojuego. Sin perder un ápice del sonido desarrollado en el resto del disco, sin que necesiten agarrar otros instrumentos ni tirar de trucos raros, el grupo al completo se convierte en una piña que ataca con firmeza al unísono, rodando hacia ti sin prisa ni pausa, como aquella gran bola que casi aplasta a Indiana Jones. Increíble temazo, difícil de ubicar además, ya que tiene armonía bluesera y base cabezona pero a la vez mantiene (ya digo) el sonido edulcorado del resto del disco, sin que falten los consabidos coros hermafroditas de los mendas.
ResponderEliminarmuy buena
ResponderEliminarese es mi viejo!